Garantizar modalidades de consumo y producción. Hay muchos aspectos del consumo
que, con sencillos cambios, pueden tener un gran impacto en el conjunto de la sociedad.
Por ejemplo, cada año, alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos
—el equivalente a 1.300 millones de toneladas, por un valor aproximado de 1
billón de dólares— termina pudriéndose en los cubos de basura de los
consumidores y los minoristas, o deteriorándose a causa de las deficientes
prácticas de recolección y transporte,algo que las empresas deben solucionar.
En lo que respecta a los consumidores, los hogares consumen el 29% de la
energía mundial y contribuyen al 21% de las emisiones de CO2 resultantes. Sin
embargo, si toda la población mundial pasara a utilizar bombillas de alto
rendimiento energético, ahorraríamos 120.000 millones de dólares al año. La
contaminación de las aguas es también una cuestión apremiante que exige una
solución sostenible.
Estamos contaminando el agua más rápidamente de lo que la naturaleza
puede reciclar ypurificar en los ríos y los lagos.
El consumo y la producción mundiales (fuerzas impulsoras de la economía
mundial) dependen del uso del medio ambiente natural y de los recursos de una
manera que continúa teniendo efectos destructivos sobre el planeta.
El progreso económico y social conseguido durante el último siglo ha
estado acompañado de una degradación medioambiental que está poniendo en
peligro los mismos sistemas de los que depende nuestro desarrollo futuro (y
ciertamente, nuestra supervivencia).
El consumo y la producción sostenibles consisten en hacer más y mejor
con menos. También se trata de desvincular el crecimiento económico de la
degradación medioambiental, aumentar la eficiencia de recursos y promover
estilos de vida sostenibles.
El consumo y la producción sostenibles también pueden contribuir de
manera sustancial a la mitigación de la pobreza y a la transición hacia
economías verdes y con bajas emisiones de carbono.